Es así donde comenzó a surgir el refrán: "A falta de pan, tortillas..."
Juan Garrido fue un esclavo liberado que se embarcó como soldado de Hernán Cortés y Pánfilo de Narváez, participando en la conquista de México, Puerto Rico y la Florida.
Ese halo se volvió divino con la religión católica ya que el pan es el cuerpo de Cristo. Y es que claro nadie iba a dar la eucaristía con gorditas de maíz en lugar de hostias.
Para el europeo, se dio en sentido descendente, el cual suele originarse con una carencia o un escasez (en este caso el trigo) que obliga a conformarse con otro alimento como mal menor: el maíz. El pan de trigo se tornaba para ambos un lujo.
De a poco México se construyó como un país mestizo no solo en lo racial sino en lo cultural siendo los niños una parte importante en el vínculo del cambio alimentario, la existencia de las nanas y de las criadas tendía a influir sobre los niños, quienes por curiosidad e imitación probaban y consumían regularme la comida que ellas preparaban para sus hijos o para ellas mismas. Dicha forma de apropiación de la cultura quedó evidenciada en memorias, diarios y novelas a lo largo de la historia de México, incluso llegó hasta las películas de la llamada Época de Oro del cine mexicano.
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